De recuerdos y despedidas.

Quisieras saber, escribes, si alguna vez te amé y la respuesta es afirmativa. Supongo que querrás saber también cuando dejé de hacerlo, pero la respuesta a esa pregunta se ha perdido ya, el cavar para desenterrarla solo traerá a flote más dolor y amargura del cual necesitamos. De consuelo quedan atrás los momentos, traicioneros porque inspiran a recuperar una causa perdida, momentos difíciles de desterrar y que aún ahora mientras escribo estas líneas me persiguen y me anudan la garganta por el hecho de pensar en tí. Pero la vida no te muestra el camino sin cuota de peaje, nosotros quisimos construir un amor basado en ilusiones y en esperanzas, y el pago por ese sueño fue un par de corazones rotos.

Quise ser egoísta al menos una vez y el precio fue perder a mi mejor amiga. Lo lamento y me duele. El último retorno lo pasamos hace tiempo y ahora vamos en caminos divergentes. Después de la despedida al menos queda la certeza de perdurar uno en los recuerdos del otro, pues pasiones de este tipo quedan grabadas por siempre en la sangre, nos queda la posibilidad futura de una cómplice sonrisa si llegamos a toparnos de nuevo alguna vez, nos queda nuestro París a 3.6Km de la ciudad, nos quedamos en recuerdos y ahí siempre estaremos.

-Rodrigo.