viernes, enero 27, 2006

A falta de calidad, pos cantidad

Así como dice el título, el presente post es de puras misceláneas de baja calidad, lleve lo que guste, son gratis:
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¿Por qué El Sub, se puso Delegado Zero? ¿Nadie le explicó que se escribe con "c"? ¿Será fan de los Pumpkins? Para mí que el we pasa tanto tiempo con pseudoactivistas extranjeros que ya se le olvidó la ortografía.
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El plugin de mouse gestures para el firefox está a toda madre para gente huevona como yo.
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Fortune: Women are not much, but are the best other sex we have --Herold
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Hoy salió en el periódico (no, no lo compré yo) un reportaje sobre los gadgets modernos. Para el iPod video sacaron una foto que obviamente es de algún prototipo que algún fan hizo en photoshop antes de que Apple sacara la versión verdadera. Ah lo que es la calidad de la prensa local... snif
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El diario Milenio Tabasco (ese sí lo compré yo), le hizo una doblesentida pregunta a Roberto Madrazo durante su visita de campaña al estado, acerca de si comería pejelagarto, el respondió que "siempre está pensando como comerse al peje". ¿Que pasó, no que muy confiado en ganar la presidencia? ¿O será acaso un guiño a sus conocidos rumores de homosexualidad en el estado?
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Hoy hace 250 años nació un músico tan chingón que pudo superar el hecho de que sus padres le pusieran Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus.
Pinche blogger, tenía un post para hoy pero la mierda esta lo echó a perder, ni modo tendré que posponer el post decente de hoy para la próxima semana, snif

viernes, enero 20, 2006

Palabra de scout*

Prometo solemnemente postear algo productivo la próxima semana, aunque sea algo como lo del último post nomás para hacerles perder el tiempo como Jebús manda.

*No, no soy scout

jueves, enero 05, 2006

Un cuento de año nuevo.

Levantó la mirada de entre un montón de papeles, como un niño que se esconde dentro de un castillo construido con los cojines de la sala, sin embargo su mirada no era de niño, tras aquellos anteojos de pasta imitación carey, unos ojos oscuros me devolvieron la mirada, usaba un traje gris, debía tener tres o cuatro pares iguales, pues su imagen era la misma de lunes a jueves, los viernes usaba algún vestido escotado rojo, negro o azul, suponía que los usaba para ir a las reuniones de todos los viernes en el bar de moda. Días después me contarían su historia, y me daría cuenta de la falsedad de mis suposiciones: no tenía familiares cercanos, había sido abandonada por dos maridos, tenía tres hijos para mantener y un sueldo de oficinista que apenas era suficiente para alimentarlos, vestirlos y enviarlos a la escuela, nunca se daba lujos, no socializaba con nadie y tampoco iba a las fiestas. Le dirigí una sonrisa amistosa la cual no correspondió. Regresé la vista al monitor, al correo electrónico y a los pendientes, sin importarme mucho su descortesía.

La semana siguiente, en la comida anual de la empresa, ella no se presentó. Tampoco lo hizo el lunes que le siguió, el martes hubo una llamada a su domicilio que nadie atendió, para el jueves enviaron un memorando departamental para solicitar a quien la conociese le avisara acerca de su inminente despido. El lunes siguiente el departamento de Recursos Humanos ya tenía notificación de su baja de la nómina de la empresa y el de contabilidad de su liquidación. El miércoles los vecinos comenzaron a quejarse del olor y el jueves los diarios de nota roja ya tenían una historia de primera plana con fotografías.

Le había dado a sus tres hijos una cena de gelatina de limón con anticongelante. Ella tomó un coctel de antidepresivos con tres cuartos de botella de vodka. La encontraron sentada en un sillón, la televisión encendida, sus ojos fijos en la estática de la pantalla. Los hijos aún estaban arropados en su cama y parecían dormir plácidamente, de no ser por su tez excesivamente pálida, en la cual contrastaba un beso carmesí pintado en la frente.

En la oficina colgaron un moño negro sobre la entrada del departamento de Tecnología de Información, el gerente nos dio la noticia con un gesto de falsa tristeza. Ninguno de nosotros la conocía realmente, no faltó un comentario al respecto, calcando la misma expresión del ceño del gerente. Quería sentirme triste, pero sólo porque siempre le doy la bienvenida a un pretexto para deprimirme. En realidad lo único que me causó tristeza fue el hecho de darme cuenta de lo absurdo de abandonar el mundo sin nadie a quien heredar tu dolor; como un justificante para el patetismo de tu último acto es importante dejar atrás alguien para sentir la ausencia, una persona para purificar el dolor que has sentido, un comedor de pecados que purifique tu alma.

Por eso, a partir de ese día comencé a mejorar las relaciones con mis compañeros, volví a acudir a las fiestas informales de cada viernes, incluso comencé a salir con alguien. El día que finalmente la hoja de afeitar que conservo en el botiquín de emergencias cercene mis venas, yo sí tendré a alguien quien me llore.

Karma: ¡Contento!
Beat: Sheryl Crow - Every Day is a Winding Road