¿Soy yo, o las películas de políticos corruptos y secuestradores se han covertido en el equivalente mexicano de las cintas gringas de terroristas? Digo, la industria cinematográfica de nuestro país ha generado excelentes filmes, pero para darse cuenta de que la política es un juego de ilusiones hipócrita y sucio, lo único necesario es encender la TV y ver las noticias, una plétora de películas al respecto (que además no modifican la situación) sale sobrando; entiendo que cada director quiera hacer su "obra social de divulgación", pero de eso a ver en cartelera una nueva cinta acerca de las triquiñuelas políticas que todos conocemos es distinto. ¿O es acaso un concepto similar al de los narco-corridos, y los políticos ganan estatus entre sus similares al inspirar películas? No lo entiendo.
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