jueves, abril 07, 2005

El animal humano

El brazo húmedo de una mujer es expuesto a temperaturas bajo cero durante varias horas, un guardia espera, golpeando regularmente el brazo con una vara de madera. Cuando el sonido de la vara al golpear el brazo es similar al emitido al golpear un trozo de cartón el guardia se muestra complacido. En seguida toma el brazo de la mujer y lo sumerge en agua hirviendo durante varios minutos. Al terminar hace una prueba y da un tirón: la piel expuesta se desprende, llevandose tras de sí trozos de carne.
Un joven de alrededor de dieciséis años es expuesto a pulgas infectadas con la peste, una vez que la enfermedad ha progresado se le lleva a una cámara aséptica y se le ata a la mesa de operaciones. Se realiza en él una autopsia mientras aún está vivo, no se utiliza anestesia, pues se desea observar los órganos sin ningún tipo de alteración.
Un hombre es introducido en una cámara hermética y atado boca abajo a una plancha de metal. El aire es entonces extraído de la cámara creando un vacío. El cuerpo del hombre comienza a hincharse, la ausencia de aire actúa como una aspiradora de increíble potencia expulsando primero las heces del ano del hombre, después sus intestinos.
Todo bajo la aguda mirada de un médico quien documenta todo lo sucedido.
Estas son algunas de las escenas de la cinta Hei Tai Yang 731 (en inglés Men Behind the Sun) dirigida en 1988 por el cineasta T.F. Mous y en la cual se narran las vejaciones a las que son sometidas los ciudadanos chinos en los campos de prisioneros japoneses, en los cuales eran sujetos de experimentos biológicos y bacteriológicos destinados a darle la ventaja a Japón en la Segunda Guerra Mundial.
El impacto trascendental de la cinta no es su naturaleza gráfica, sino la verdad detrás de las dantescas escenas que allí se muestran: los japoneses hicieron en sus campos de prisioneros similares o peores atrocidades que las cometidas por los nazis en sus campos de concentración. Sin embargo, no hubo Juicios de Nuremberg para los médicos japoneses involucrados en ellos, pues decidieron hacer un trueque con los Estados Unidos y cambiar la información de sus "estudios" por inmunidad. Hasta la fecha Japón ha admitido la existencia del "Escuadrón 731", pero niega (a pesar de los testigos que declaran otra cosa) que no hubo más unidades similares. Toda la evidencia que pudiera unir al gobierno nipón con esos campos ha sido destruida. Sin embargo, y a pesar de aceptar la existencia de la unidad 731, el gobierno japonés ha declarado que jamás se disculpará por sus acciones.
Cuando estaba en la secundaria nos hicieron leer El Zoo Humano, de Desmond Morris, en la cual se describe el comportamiento humano en las grandes urbes y se le compara con el de los animales en zoológicos y se llega a sorprendentes semejanzas, pero a fin de cuentas el ser humano no es un animal, los animales nunca muestran este tipo de crueldad hacia su misma especie.

The Other Holocaust
Unlocking a deadly secret
Through the case of "Unit 731"
The Rape Of Nanking

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