La música digital había sido considerada un problema desde hace varios años debido a su portabilidad y capacidad de ser compartida a través de redes P2P como las utilizadas por programas como el Kazaa o el eDonkey. Sin embargo algunas personas apreciaron su verdadero potencial de negocios, las tiendas online de música como el servicio iTunes de Apple demostraron que es posible generar dinero a partir de un formato como el MP3.
Sin embargo, la lucha de las empresas disqueras contra los formatos digitales nunca se ha detenido, si han bajado alguna canción de Van Halen, Pearl Jam, Hole, Sarah McLachlan o de los Beatles y les ha parecido que suena raro, quizás se hallan encontrado con una de las nuevas medidas preventivas de las disqueras para evitar la difusión de la música digital: los codec killers. Estos son artilugios incluidos la música del CD original diseñados para tomar ventaja de la forma como los programas ripeadores comprimen y codifican la información para transformarla a un formato tan portátil como lo es el MP3.
Los codec killers, aprovechan que para comprimir el audio original a un archivo pequeño es necesario eliminar aquellas frecuencias inaudibles por el oído humano promedio. Los ingenieros de audio graban o modifican el audio original para que al eliminar estas frecuencias aparezcan nuevos sonidos, los cuales alteran la versión digital de la misma melodía.
En sí, al escuchar una canción en formato digital comprimido (como WMA, ATRAC, AAC o MP3) en realidad nuestro oído ya está recibiendo menos información que la cual recibiría al hacerlo de la fuente original (llámese presentación en vivo, Acetato, o en menor medida, de un CD), y esto según dicen algunas personas, está afectando la forma como percibimos la música.
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1 comentario:
mejor me fui a las piedras de la locura X= creo que escuché ese grito y quedé atrapada a la orilla del mar.
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